Finalmente he conseguido mi ansiada plaza y estar entre los primeros puestos, todo gracias a ella. Cualquiera que haya pasado por esto sabe perfectamente que el camino no es fácil ni de lejos. Son tantas las veces que tienes que dejar de lado cosas que quieres hacer, decir no a tantas y tantas cosas que deseas hacer… Pero cuando lees tu nombre en la lista de seleccionados, la sensación es indescriptible y todo lo demás se te olvida. Te cuesta creer que eres tú y vuelves a leerlo otra vez. Sí, eres tú.
Infinitas gracias por hacer que este año fuera yo.

Últimos de 2016: comenzaba un poco triste y desanimada otro año que tampoco conseguía nada y por supuesto, los ánimos bajos, pero a través de conocidas, el nombre de Rocío sonaba desde 2015, así que dije: esta vez no se me escapa, para eso debo estar con la mejor así pues llamé y dije ¡Por Dios que me coja!.
Un año durillo de estudio, pero Rocío siempre dispuesta da igual día y hora a resolver dudas cuando no creía en mí ella me devolvía la seguridad con un abrazo y apoyo que más puedo decir, fuerza, ideas, imaginación, constancia, motivación, risas, ingenio, todo eso y más.

Ella no es solo una preparadora de oposiciones, ella se convierte en tu amiga, en tu psicóloga y siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Es capaz de sacar de cada uno lo mejor que tiene y transmitir esas ganas de aprender y mejorar. Esa entrega cien por cien a lo que hace, te da fuerza para no rendirte y hacer tú lo mismo. Nunca olvidaré el camino que hicimos juntas, ya que me ha ayudado a conseguir lo que tanto ansiaba, y si eso fuera poco me llevo un nuevo grupo de amigos, porque ya no son compañeros. Rocío, nos ha enseñado a compartir y ayudarnos entre nosotros, algo que se agradece en un mundo lleno de competitividad.