Este año de preparación ha requerido trabajar muy duro. Sin embargo, el hacerlo con ilusión y entusiasmo lo ha cambiado todo y en eso Rocío ha tenido mucho que ver. Cada semana acudía a clase con una amplia sonrisa ideas superoriginales y cargada de positivismo.

Esta terremoto albaceteña sabe ver cual es tu punto fuerte y lo pule hasta que deslumbra. La preparación no puede ser más personalizada y por si fuera poco, no sólo cubre la excelencia de las pruebas escritas y orales sino que Rocío estará ahí hasta el último día que la necesites, para hablar con ella en tus días de bajón (los opositores sabréis de qué os hablo), ayudarte a perfilar esas actividades que no te terminan de cuadrar, escucharte exponer hasta la saciedad y por supuesto, celebrar tu éxito porque para ella la máxima recompensa es ayudar a sus alumnos a conseguir su sueño.

Como bien decía mi madre en alguna que otra ocasión, cada persona que conoces en la vida es como una hoja que enriquece tu árbol, muchas se sueltan con el viento y otras no se desprenden jamás. Y así es, Rocío además de ser una mujer todoterreno por su capacidad de transmitir como nadie su pasión por esta profesión y su deseo incansable de que las cosas salgan bien hasta el último detalle, contiene una caja de pequeños grandes tesoros con ideas originales a la par que novedosas que te ayuda a plasmarlas y sacar lo mejor de cada opositor.A ponerle una gama de colores a un día grís con un momento de bajón y estar ahí hasta el último instante en la meta.

Eternamente agradecida a esa hoja perenne de mi árbol por cruzar de la mano y del corazón esta aventura hasta la línea de meta.

¿Qué voy a decir de Rocío? La palabra que me cruza la mente es ÚNICA. Única es la pasión y dedicación que le pone a todo lo que hace consigue que salgan resultados estupendos. Yo no tenía baremo, solamente podía aportar esfuerzo y ganas de trabajar, y Rocío lo sabía, por eso estuvo en todo momento ayudándome, sacando mis puntos fuertes, mostrándome formas de enseñar que todos los padres quisieran ver en los maestros de sus hijos, y poniéndome las pilas en los momentos de flaqueza.

Única es la atención que he recibido, ya que las 24 horas del día he sabido que tenía alguien a quien llamar para resolver una duda y para llorar si hacía falta. Hoy he conseguido lo que tengo gracias a la preparación recibida, y mi forma de trabajar es diferente gracias a todas las ideas que me has aportado y que me seguirán ayudando por muchos años que pase en esta profesión.